¿Como es que haces tu, para lograr que el mundo gire al ritmo de tu corazón?

¿Como es que haces tu, para lograr que el mundo gire al ritmo de tu corazón?
¿Como es que haces tu, para lograr que el mundo gire al ritmo de tu corazón?

lunes, 23 de enero de 2012

Liberación


   A pesar de mi desagrado por el calor, el viaje se iba haciendo muy  fácil de soportar,  el calor solo era una mínima molestia de mi perfecto viaje hacia mi ciudad natal. No solo por la excitación que me provocan los viajes, sino por el hecho de compartir dos semanas acompañada de la persona que centraba mi vida. 
   Era imposible que no me sienta más emocionada e inspirada también, eso era bueno, sentir el aire fresco sobre mi rostro y mi pelo, ver una y otra vez  las hectáreas de campo  con cultivos recién cosechados,  las lagunas a los costados de la ruta con las aves refrescándose en ellas, sin duda era algo que me maravillaba cada vez que recorría las rutas, pero este viaje era especial, ya que recostado en mi regazo tenia a mi amado.
   El viaje duró ocho horas, y lo disfrute tanto como pude, no desperdicie ni un momento en dormir, no lo necesitaba,  ya estaba perfeccionándome  en el tema de aguantar la cantidad máxima de horas sin dormir, y ocho horas no eran nada comparados con los dos días sin pegar un ojo que podría estar, lo llevaba bastante bien.
   Mi únicos objetivo de ese viaje eran, uno, disfrutar del paisaje hermoso que proporcionaba mi ciudad natal,  por supuesto que lo iba a disfrutar, siempre lo hacía, pero esta vez era diferente, esta vez lo podríamos disfrutar juntos con mi amado, eso sí que lo mejoraba todo  drásticamente, podía considerarme la persona más feliz del mundo, no había nada que no pudiese tener, la embriagadora libertad que me conceden mis jóvenes dieciocho años, la paz del lugar más hermoso que pude conocer, y el amor que mutuamente compartía con la persona que amaba por el resto de las dos semanas que quedaban. El otro objetivo que tenia era encontrar en esa cuidad el lugar perfecto para disfrutar al máximo el ultimo día de mi estancia allí y hacerlo único.
   Las mini vacaciones fueron realmente emocionantes, el toque de perfección lo dieron los dos días de lluvia, no había nada más hermoso que las gotas de lluvia repiqueteando por  el cuerpo, todas los días de playa procuré disfrutarlos hasta el cansancio y lo conseguía, pero el día se acercaba y yo seguía sin encontrar el lugar adecuado para despedir las vacaciones.
   Ya resignada con no encontrar un buen lugar, decidí que lo mejor que podría hacer era disfrutar de una caminada por la playa con la persona que amo, caminar lo que hiciera falta, a medida que la tarde iba cayendo, las personas iban preparando las cosas para volver a sus casas, ese día era un día hermoso, lleno de sol y de color. Nos encaminamos hacia un acantilado, que aunque no era alto, hacia una hermosa vista y lo hacía mejor el ver al mar de un color anaranjado por el reflejo del ocaso que se avecinaba, y en un segundo fugaz lo supe, ese era el lugar, ese era nuestro lugar.
No lo dude un segundo mas, decidí que era el lugar donde quería quedarme, donde quería hacer especial a mi manera de mi verano perfecto.
-         No hay problema en quedarnos aquí- dije- siento que es un lugar tan hermoso y en el momento tan exacto que no quiero desaprovecharlo.
El solo asintió y estrecho su mano contra la mía.
-         Podemos quedarnos aquí todo el tiempo que quieras.
Su vos llena de dulzura hizo que se me acelere el corazón, pero claro, esa no era la primera vez que el provocaba ese tipo de cosas en mi.
   El se estaba por sentar, pero lo retuve. Me miro confundido a la espera de que le explicara el porqué de mi acción. Vacile un momento ante el nerviosismo, pero tome aire y con seguridad dije.
-         Es una vista única, no hay nada que no tenga ahora- tome su mano firmemente-  todo es perfecto sabiendo que te tengo a mi lado.
El soltó mi mano, pero solamente para sujetarme de mi cintura y estrecharme junto a él.  Mi corazón se acelero y pude notar como la sangre comenzaba a hervir en mi cara, supuse que estaba empezando a sonrojarme tanto como un tomate,  pero no importaba, lo único que tenía en mente eran sus ojos, lo que delataba su bondad, lo que hacía que yo viera la pureza que había en su interior . Era como leerle la mente a través de sus ojos.  En esos ojos marrones achocolatados no había una sola mancha que reflejara misterio, eran transparentes, podía ver todo con solo mirarlos.
   El impulso era mayor cada vez que sus labios se acercaban con los míos, ya podía sentir su respiración en mi cara, mi corazón ya estaba frenético, pero desconocía como podía latir con más fuerza a cada momento.  Y de un segundo a otro ya no más. Cuando sus labios tocaron los míos todo volvió a la normalidad, ya estábamos conectados, en ese momento yo podía asegurarme que era completamente mío la persona más perfecta que podría haber.  Ya nada importaba, ni el lugar donde fuimos, ni donde estábamos parados, ni si se encontraba  gente o  no, ya no importaba porque él era todo lo que había en mi mente que ahora solo era absolutamente negra,  pero tampoco me importaba ya que solo tenía mi vista en la luz que irradiaba mi amado, lo miraba como si fuese una persona que acaba de ver por primera vez la luz del sol.
No estoy segura de cuanto habremos estado besándonos, pero sé que no faltaba mucho para que termine el atardecer. Ya no quedaba tiempo, era el momento.

-         ¿Iras por mí? – pregunte.
El miro pensativo, preguntándose a lo que me quise referir.  
-         No entiendo a que te refieres.
En ese momento me separe de su lado y tome su mano solo un momento.
-         Espero que lo hagas…- dije casi como un murmuro sin saber si escucho o no.
   Y  todo pasó de repentinamente, corrí el poco camino que tenia únicamente para caer más lejos y no encontrarme con las piedras que suele haber  cerca de los acantilados, creí escuchar su voz pero no estuve muy segura,  como un acto reflejo  gire para mirarlo a él, si hubiera tardado una fracción de segundo más en girar, no hubiera visto su cara impregnada de horror y su mano queriéndome detener.
   La adrenalina no se comparaba con nada que haya sentido antes,  el viento en todo el cuerpo me hacía sentirme tan libre del mundo, tan única que no pude pensar en nada más en ese momento hasta momentos antes de terminar de caer. Y todo lo que vi antes de fundirme en el agua fue su cuerpo tirándose de el mismo acantilado, todo lo que pude hacer fue una sonrisita, a sabiendas de que el no solo se preocupo por mí, sino que decidió arriesgarse para ir tras mi salto.  Supe que lo que hice fue lo más irracional de el mundo, podría decirse que fue un acto suicida, pero no lo fue, lo que eso fue era una mezcla de querer cumplir mi sueño de hacer algo que me haga sentir adrenalina y libertad y saber que al momento en que lo vi saltar, supe que en verdad me ama, supe que el haría lo que yo misma haría si él hubiese hecho esto en lugar de mi, supe que el amor que le di era correspondido y me asegure de que le entregue mi vida a la persona correcta. Todo fue tan perfecto. Una liberación

No hay comentarios:

Publicar un comentario